miércoles, julio 16, 2008

El Ojo en la Paja Ajena (III parte)

Probablemente el 90% de los hombres se masturben utilizando el mismo procedimiento: envolver el pene con su mano hábil aplicando, de acuerdo a la personal sensibilidad, distintos grados de presión mientras se realiza un movimiento de mete – saca. Ese agite, que se ha convertido en el símbolo gestual de la paja, intenta replicar los movimientos del coito. Sin embargo, existen muchas otras formas de practicar la masturbación, aun cuando sean pocos los que las han experimentado.

El Resfriegue

En lugar del movimiento de mete – saca, el individuo utiliza su mano para refregar el pene contra la piel de sus muslos de modo tal de siempre sentir la presencia de una piel en el momento del orgasmo. Según Carlos, un arquitecto adicto a esta forma especial de la paja, lo mejor de la refregada es que puedes manipular los tiempos, no te obliga a una eyaculación rápida, el deshago es mucho mas intenso y te permite masturbarse muchas veces sin fatigar ni lastimar el pene.

El Manco

Conozco la existencia de ésta práctica, en realidad a través de un solo testimonio, el de un amigo profesor. No se utilizan las manos sino que se atrapa el pene entre los muslos y se los manipula bien apretados entre éstos, produciendo un efecto muy similar al de estar introducido en una vagina o en un ano. “De muy chico me acostumbre a pajearme sin las manos porque vivíamos en una sola pieza, en el fondo de una panadería junto a mi madre y a mi hermana. Como me daba terror que me vieran, siempre dejaba los brazos fuera de la cama. Aprendí incluso a ser muy silencioso. Cuando mayor intenté masturbarme como los demás chicos me contaban, pero no me daba resultado. No se me paraba o si se me paraba no conseguía acabar. Descubrí entonces que mi manera de hacer la cochinada me daba mucho placer, casi tanto como coger. Además me acostumbre a otra cosa bien cochina; me puedo masturbar en la mesa de un bar, con la fantasía de la Lola que está frente a mi, sin que nadie se dé cuenta, o delante de otras personas, porque soy un experto, muevo el interior de los muslos sin casi agitar las piernas. Aunque en algunas situaciones, una vez en una micro, la pasé muy mal porque si me acerco mucho a la eyaculación, a veces se me descontrola el movimiento de los pies y puedo parecer un epiléptico golpeando el piso sin parar”.

El Auto – Chupe

No conocí personalmente a nadie que consiguiera realizar la mayor fantasía masturbatoria de todo fan del Club de Manuela: lograr chuparse el pene uno mismo, la chupada perfecta, con ritmo impecable que uno conoce de sí mismo. A veces la distancia entre el pene y la boca ha sido apenas de 5 centímetros, tomando ese beso de amor en una imposibilidad que les provoca mucha nostalgia. Pero deben existir afortunados contorsionistas, adictos al yoga y otros descoyuntados, que consiguen experimentar las delicias de introducir el pene en la propia boca.
Sorry la demora, pero aquí yace la última reflexión de esta necia, que seguira trabajando el tema de la masturbación, en una próxima edición, que espero no me tome tanto tiempo en redactar, se vendra: El procedimiento Femenino.
Cariños Necios todos... recuerden que este mundo será nuestro!!! solo les pido un poco de paciencia.