domingo, abril 30, 2006

Maldito Amor: Neo Sexualidad

El ser humano en general y las mujeres en específico, perseguimos algo diferente a lo que buscaban nuestras abuelas a la hora de tener un encuentro sexual. A diferencia de lo que ocurría con nuestros antepasados, en la actualidad las mujeres tenemos un mayor grado de exigencia y para ello se esfuerzan por investigar, leer, hacer talleres, etc, etc
Los argentinos, por ejemplo, ya lo tienen asumido. Según revela un artículo de la revista noticias, toman clases de striptease y de técnicas para besar, tantra y los últimos aportes de la medicina, como el viagra. Todo ello es lo que llaman la “neo sexualidad”, aquella que no escatima en esfuerzos a la hora de conseguir placer.
Los chilenos no se quedan atrás y la reciente encuesta de la fundación futuro da cuenta de ello. Hay un 8% más de personas que creen que estamos más informados del sexo con respecto a lo que dijo la investigación realizada hace seis años atrás. Pero falta.
Mujeres exigen placer...León Roberto Gindin es médico, ex psicoanalista, sexólogo clínico y autor del libro “La Nueva Sexualidad de la Mujer”. En su publicación explica que el sentir del sexo femenino ha cambiado con el paso del tiempo y sus exigencias también. “Para la mujer victoriana, la falta de orgasmo no era un problema, pues no se esperaba que ella tuviese placer con el sexo y menos que experimentase un orgasmo. Hoy no sólo se espera que las mujeres tengan orgasmos, sino que estos sean múltiples y que disfruten esto con placer y orgullo”.
Plantea que una mujer que trabaja, cuida sus niños y estudia una carrera, generalmente no encuentra el espacio y el tiempo necesario para desarrollar con sus tiempos una aproximación sexual como su fisiología le permite. Muchas mujeres desempeñan numerosos roles sociales: profesional o trabajadora, ama de casa, madre, hermana, amiga y amante. A medida que se avanza en edad, esta última función disminuye a medida que las demás crecen. Los expertos empiezan a hacer hincapié es en que la mayor amenaza para la satisfacción sexual femenina podría ser social. Lo confirmaría el dato de que casi la mitad de las mujeres mayores de 60 años ya no tienen pareja.
Gindin revela que, a modo de prueba, y para comprobar sus conocimientos de su propia anatomía, les preguntó a algunas de sus pacientes cuántas partes tenía según su parecer el clítoris. Las respuestas fueron variadas, pero ninguna superó el número cuatro. "No, queridas, ¡el clítoris tiene dieciocho partes!", les contestó. Falta conocimiento, lo que atenta contra el placer.
El experto detalla, cuáles son los aspectos que debemos cuidar a fin de no aminorar a fin de aumentar nuestras posibilidades de goce sexual, las que les detallamos a continuación al reproducir uno de los fragmentos de su libro.

Alimentos: Los que son bajos en grasas ayudan a conseguir el orgasmo. La D.H.E.A. (dehidroepiandrosterona) -hormona que estimula el deseo sexual- es más alta cuando menores sean los niveles de grasas. Los bajos niveles de colesterol también reducen la acumulación de placas grasas en las arterias y facilitan el flujo de sangre a los genitales.

Medicación y yoga: Por el relax que producen los ejercicios de respiración y relajación elevan los niveles de D.H.E.A.
Estrés: El estrés a consecuencia de situaciones ajenas al momento del acto, puede bajar los niveles de testosterona.

Gimnasia y actividad física: Generalmente incrementan los niveles de testosterona. Los vasos sanguíneos se dilatan aumentando el volumen de la sangre en la zona genital y se sensibiliza el tejido vaginal. Ejercicios especiales de musculatura pelviana, como el de contracción de los músculos pubococcígeos demostraron que elevan la capacidad de alcanzar el clímax.

Lactancia: La prolactina, hormona responsable de la producción de leche, disminuye el impulso sexual; sin embargo, la oxitocina que libera la leche materna estimula contracción uterina y puede hacer llegar al clímax.

Lecturas e imágenes eróticas: Las novelas y la pornografía suelen aumentar los niveles de sustancias similares a las anfetaminas, que el cuerpo produce cuando siente deseo sexual.

Ovulación: Algunos autores afirman que a mitad del ciclo, la testosterona aumenta, y con ella también el impulso sexual; las mujeres tienden a masturbarse más, a iniciar el coito y lograr el orgasmo. Los estrógenos y la oxitocina aumentan en los cuatro días posteriores a la ovulación, e incrementan el impulso sexual.

Periodo premenstrual: Cuando aumenta la progesterona, la semana anterior al periodo menstrual, en algunas mujeres, casi desaparece el deseo.

Tabaquismo: Las mujeres que abandonan el cigarrillo tienen más orgasmos que cuando fumaban.

Trastornos del sueño: Acostarse más tarde que de costumbre puede afectar la libido a la noche siguiente. La falta de sueño provoca una acumulación de cortisol, lo cual puede afectar el apetito sexual femenino.
Como siempre continuará...

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