jueves, abril 30, 2009

Autoretrato de una Necia.

En los feroces tiempos de la necedad nació una mujer  cuya estrella se emborrachó en otros caminos, y con estas líneas intentaré dibujar trazos de su rostro.
Estos escritos no son el resultado de un trabajo prolongado y sistemático, no son una  obra acabada, ni representan una posición definida, sino más bien una intuición, un atrevimiento y sobre todo una provocación.
Me he preguntado como es posible discutir de lo mismo que todo el mundo discute sin repetir lo que todos dicen, más que ser de otro modo, otro modo de ser, como discutir son ocultarnos en un supuesto, en un vacio, como nos enfrentamos con los vicios que llevamos en el bolsillo, un bolsillo, como hacemos nuestro lugar, ponemos nuestra silla y oponemos nuestras voces desafinadas y desaliñadas. Como nos paramos frente a frente, sin un sombrero que tenga que justificarme, y además que oculte nuestra calvicie prematura, por que Nemesio un día será calvo. Quizás aspirar a una publicación por mas remota ya es en si un acto de vanidad, la vanidad de creer que tenemos algo que decir, algo que a alguien podría interesar, pero creo que estoy en eso, es posible crear una mujer virtual de papel, que sienta y grite tal cual lo hacemos los de carne y hueso, nacer y morir un día en chile, alguien que a nacido como la mala hierba para conjurar los espíritus agradables, para sembrar la sospecha, por que la peor vanidad es la vanidad de ser modesto, la modestia.
Mi programa no se justifica directamente, se arrebata a si mismo la posibilidad de ser, en tanto tiene que hacerse en el desacuerdo y lo impreciso, y sobre todo eso que no podemos comprar ni vender. Por que es grato venderse, a verdad fácil, a una que hable por mí, respire por mi, a una que me sirva para hacerme de mi mismo una imagen que logre hacerme de mi misma una imagen que logre soportar.
Por ahí estas preguntas todos nos las hemos expuesto una y otra vez, de distintas formas, a veces la vestimos de tristeza y otras de fiesta, depende el menú. Pero así son nuestros tiempos, huelen mal, se ven mal, “es lo que hay”.
Castel apuntaba que todo tempo fue igual, tan solo que tendemos a olvidar lo malo, y por eso recordamos con nostalgia los viejos tiempos, donde todo era posible, donde todo estaba al alcance de la mano nos reprochamos no poder haber nacido allí, nos reprochamos ser quienes somos, como somos.
Pues ahora, fuera el naciente festival de mascaras, lamentamos no ser vanguardia, no ser el oráculo del proletariado, sus jardines y sus auras, aquí por lo menos nos encontraras esa pretensión.
No es un parto duro, sino mas bien un amor fácil, un amor que hace la noche, mientras su angel de la guarda cayo en combate.
Los necios no se toman tan en serio la vida, ni tampoco la muerte, porque ya se desilusionó muchas veces para creer, porque se tropezó dos veces con la misma piedra, la corriente quemó sus viseras que arrojo lenguas del fuego, como los dragones de los cuentos de hadas, no esperamos de esto ninguna verdad y si estas buscando respuestas es mejor que termines aquí, que cierras esta pagina y la guardes en el cofre del olvido, quizás de donde nunca debió haber salido.