Entre hombres, entre la multitud, siento que alguien me elige, gracias a signos secretos y divinos.
No reconociendo a nadie más, padres, esposa, hijos, amigos, como más cerca de lo que estoy yo.
Algunos se confunden. Pero ese no. Ese me conoce.
¡Amante y perfecto igual!
He querido que así me descubrieras, por mis sutiles indirectas. Y yo, cuando te encuentre, quiero descubrierte de igual manera.
¡ oh tú! a quién a menudo y silenciosamente llego para estar contigo, para caminar a tu lado, o estar sentados juntos, o permanecer contigo en la misma habitación.
Poco sabes del sutil fuego eléctrico que por tu causa se desata en mi interior.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Oh, esas cosas pasan tan a menudo.
Un saludo.
En mi caso, claro.
Publicar un comentario