Tengo dos gotitas pegadas a mi ventana
Por donde a penas se divisa el agónico sol.
De vez en cuando atranco la mirada
Y te devoran miles de mis atisbos atrapados,
y... ya no puedo ver la luz,
y me recojo en el rincón de siempre,
atesorando cruces en la oscuridad
y coleccionando cigarros a medias.
Tengo una pena sin descansar
Una tristeza del divino tormento
A la que a veces rezo para conformar,
Pero pecar estaba en mis planes...
Y de tus manos sigo bebiendo
Y me arrepiento aturdida ante tu devoción.
Ahora sí que temo!
Ahora que sé que existes e insistes en mí!
Ahora que de mi frente ya podrido está tu beso
Ahora que tu olvido se enamoró de mí
Y ahora que retomo el rosario, adelantándome a mayo
Y te sostengo...
Como un metal excitado.
... Mira mis manos ahora,
mira mis puños golpeando mi pecho vicioso
mira mi venerar
mira las espinas en mis sesos.
Tengo miedo!
Y aunque sé cómo eres...
Temo! ... y no es por ti.
Porque mientras estás aquí, no te puedo ver ... No sé si volverás.
Miedo! ... y me arrastro,
Cumplo penitencias,
Enciendo velas y aromas por doquier
Clamo a tus demonios,
Les dejo copas y botellas abiertas y
Labios penitentes.
Por mi culpa! Por mi culpa! Por mi culpa!
Cheralina
domingo, noviembre 05, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
wenass pasaba a saludar te vi en el blog de los culpables
intensos tus escritos, y éste en particular, como de un arrepentimiento tormentoso¡!
que le vaya bien
saludos
Publicar un comentario