martes, febrero 21, 2006

Maldito Amor II: Solo para nenas


El cuerpo masculino es una gama infinita de placer. Sin embargo existen ciertas zonas específicas, descubiertas en la práctica y legitimadas por los especialistas, que son capaces de transportar al hombre a niveles desconocidos del clímax.
Un estudio realizado por el sitio mexicano Esmas, se refiere a la existencia de partes específicas de contacto directo con el deseo, placer y la eyaculación de un hombre. “Hay nueve puntos especiales que tal vez no conoces, y que están plenos de terminaciones nerviosas que se conectan con el orgasmo”, explica el artículo.
El doctor chileno Eduardo Pino en su libro “El arte del equilibrio erótico” aclara que “en la sexología científica el orgasmo masculino es definido como una serie de contracciones muy placenteras, en las cuales participan el esfínter anal, el recto, el perineo y los genitales”. Por lo tanto, no es extraño que sean muchas de estas secciones las que, trabajadas individualmente, conduzcan al éxtasis.
Pero, ¿cuáles son esas llavecitas mágicas que en palabras de la sexóloga Patricia Brito “pueden llevarlo al cielo”?. A los nueve puntos más candentes de la anatomía masculina.

Bajo su labio inferior: Tanto en hombres como mujeres, la boca es una de las zonas erógenas más conocidas. Pero existe un área en particular que a ellos les trastorna: la curva entre su labio inferior y la barbilla. Mientras se besan, desliza levemente tu lengua por su labio inferior, la comisura de éste y baja unos milímetros hacia su barbilla. Succiona suavemente su labio inferior y mantén este juego: beso, succión, lamido bajo la comisura.

Cuello: Específicamente bajo la nuez de Adán. Haz que su cuello quede expuesto y ligeramente arqueado hacia arriba. Comienza un masaje oral desplazando tu lengua desde su garganta a la nuez. Bajo ella se encuentra la tiroides, hunde allí tu lengua y da movimientos circulares amplios para estimularla.

Tetillas. Según los expertos los pezones masculinos pueden ser aún más sensibles al placer que los femeninos. Sólo basta explorarlos. Puedes probar allí variedad de ritmos y movimientos, según te guíe tu intuición.

Tobillo: Entre el hueso del tobillo y el talón está una zona de estimulación vinculada directamente con los órganos sexuales. Ponte arriba de él dándole tu espalda. Inclínate hacia sus tobillos y presiona su zona de estimulación.

Perineo: La faja de piel que se ubica bajo los testículos es una enorme fuente oculta de sensaciones. Cuando se acerque la eyaculación, debes presionar los nudillos de tu mano con fuerza en esa zona para alargar su orgasmo.

El pene: Con el sólo uso de tus manos puedes excitarlo fácilmente. Cuando esté cerca de la eyaculación, baja la velocidad y presiona para mantener la fase de contención.

La punta de su miembro: La punta de su pene es el punto donde convergen los nervios sexuales masculinos. Humedece tu boca sólo un poco y frota allí. Puedes improvisar movimientos.

El pliegue de los testículos: La línea de piel que separa los testículos que rodea de arriba abajo el escroto es una de las zonas más desconocidas y menos explotadas de los disparadores de pasión masculina. Por eso, debes aprovecharla.

El frenillo: El pequeño pellejo de piel que conecta la punta con el resto del pene es una fuente de extremo placer para él.

Ya esta hecho, esperando a que se atrevan a dejarlos sin respiración…

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