viernes, julio 27, 2007

Las Primeras del Curso (I parte)

Arrastran un pasado lleno de sietes y diplomas. Para ellas, las palabras, los conceptos, el nombre de los libros y de las películas son una huida contra sus cuerpos, una forma de hablar de sexo y de seducción, sin hablar de sexo ni de seducción. Una manera de huir de esa cosa brutal y urgente que el resto del adolescente vivía a ciegas.
Castigan sus cuerpos con pantalones anchos, sus rostros con anteojos y su pelo con toda suerte de moños, sus mentes con lecturas de Silvia Plat, Samuel Beckett o Max Weber. Celebran los triunfos que obtienen sobre su menstruación, su abstinencia sexual rota en tempestades de deseo. Su manera de destruir hombres con una frase, de hacerlos esperar mientras ellas revisan por enésima vez una cinta de video a ver si esta justo el micrón segundo que ella necesita.
Poseen una manera de rebelarse contra los designios de su feminidad para rendirse sin remisión a ella y ser doblemente mujer, y triplemente vulnerable, queriendo al mismo tiempo seguir siendo la niña que sus padres muestran a los invitados porque a los cinco años puede explicar la teoría de la relatividad, o recital a William Blake.
Pero sólo los tigres asustados atacan a los hombres. Sólo los que se saben débiles y acorralados son de verdad peligrosos. Así las primeras del curso, justo porque tenían miedo de su sexualidad, justo porque se sentían en todo lo sensual débiles, mordían a los que las han querido, sin usar el látigo del domador, acariciarlas. Dotadas de senos y culos y al mismo tiempo resolviendo logaritmos, o comprendiendo a Roland Barthes. Nadie ve como cojean o como se obligaban a ser las primeras de puro temor a que no hubiese lugar para todas.
Derrotadas por cada mancha, necesitan justamente al que va por el mundo manchado entero, pero se van a la cama con los que sabían su verdadero secreto: que eran mujeres. Sólo eso, pero no menos que eso.
Hay una sola manera de tomar a una mujer por asalto; tomarla por sorpresa. Sorpresa imposible en el caso de las mujeres inteligentes, o más aún en la de instinto medianamente despierto. Nada escapa a su atención, menos aún los detalles. Todo movimiento en el campo contrario es registrado, y sólo la risa o el miedo, sólo alguna de esas sensaciones que ocupan del todo, que distraen del todo puede crear esta ilusión de sorpresa.
Una sorpresa mentida, y desmentida, ganada gracias a que la propia asaltada ha corrompido a sus guardias para que hagan vista gorda. Lo inesperado es un rito de paso que permite cierta naturalidad en este cambio de calidad de tiempo. Como esos gruesos adaptadores de energía eléctrica, lo inesperado permite distraer en medio del ajuste, la atención. Pero ante todo es una forma de resolver la gran clave irresoluta: La violencia.
A las primeras del curso les cuesta resignarse a la violencia tipo chimpancé que el sexo necesita. Quizás por eso se sacaban siete en todo menos en el amor, donde acumulaba rechazos y amores platónicos, como si la frustración las salvara de enfrentarse a la realidad, los jadeos y fricciones genitales.
Así para cumplir con la regla de la especie y tener pareja e hijos, las primeras del curso deben abdicar de parte de su inteligencia, de lo mejor de su intuición. Pero lo hace, como todo en ella , de modo complejo, retorcido y laberíntico, dejando en el camino muchos hombres insatisfechos y enamorados, para entregarse a otros que no las merecen ni aman, pero que llevan en sí las claves de sus misterios. Hombres que ellas pueden construir e inventar, o resolver como una ecuación o una prueba de química.

No se pierda lo que vendrá en Las Primeras del Curso: El arribismo afrodisíaco, Los Silenciosos y La Resignación. No se esfuerce por entender este texto, pues ni yo lo hago a cabalidad… pero mantenga la fe, que espero salir del paso digna como de costumbre.
Dedicado con cariño a ti, que fuiste La Primera del Curso.

5 comentarios:

verónicabas dijo...

JAjaJAjaJAjaJAja!!!... para ti nena con cariño!... jajaja!!!

Sabes que yo fui siempre la primera en el curso pero no me pasaba nada de lo que usted describe aqui... PLOP!... soy tan fome que me perdi de todo lo descrito... JA!!!

Eso de encasillar, supongo que hay mujeres asi, pero referirme a ellas suena a resentimiento, y la verdad los años pasan y a estas alturas estos ya se me olvidaron o me abandonaron.

Cero aporte de mi parte por hoy, sorry...

y en que lugar estuviste tú?


Saludos!

El Simon Mazzet dijo...

Los logros materiales al final son para llenar los vacios que hay en el interior.

saqysay dijo...

Sólo paso
a darle las gracias/
por su saludillo en mi blogs...

Te dejo un abrazo/cuidese!!


Cariños!!!

carlosmxax dijo...

chuta escribio mucho
despues leo
solo pase a saludar...

hola!!!

carlosmxax dijo...

mmmmm

chao?